El uso terapéutico y medicinal de las plantas se remonta al origen mismo de la civilización, nuestros ancestros curaban y cuidaban de su gente a base de todo lo que la naturaleza le provee al ser humano. Por esto, la aromaterapia se ha convertido en la alternativa natural que tiene una visión holística, es decir, permite alcanzar un equilibrio entre nuestras dimensiones física, emocional y espiritual.
Incorporar los aceites esenciales en nuestra vida es una decisión de amor y protección de nuestra salud y existencia, por ello es importante saber cómo usarlos de manera adecuada, pues el hecho de que sean extracciones de plantas y tengan ese carácter %100 natural no excluye la posibilidad de presentar contraindicaciones y puedan ser peligrosos. Aquí te explicaremos brevemente la composición y el quimiotipo para sacarle el mayor beneficio a los aceites esenciales.
Un quimiotipo es la clasificación de los aceites esenciales según su composición química, de modo que el aceite esencial puede pertenecer a una clase química, biológica y botánica. La composición química de los aceites esenciales depende de condiciones climáticas, ubicación geográfica, la calidad del suelo, entre otras condiciones donde crezcan y se desarrollen las plantas aromáticas, por ello es importante tener un conocimiento de su quimiotipo para darle el uso enfocado a tu necesidad.
El aceite esencial de lavanda es uno de los más comunes, sin embargo, existen más de 12 tipos de lavanda todas con un quimiotipo diferente, pues la lavanda que inhalamos en aceite esencial no es la misma que usamos para limpiar los pisos de nuestros hogares. La Lavándula Dentata cultivada en el mediterráneo occidental, es un tipo de lavanda ornamental y con ella se elaboran perfumes. Por su parte la Lavándula Hybrida tiene propiedades medicinales y su quimiotipo en aceite esencial la hace altamente tóxica si se ingiere.
Por otro lado, existen aceites esenciales que son dermocáusticos, es decir, que queman la piel porque contienen altos niveles de eugenol por ejemplo: eucalipto, canela, pimienta, clavo, tomillo, orégano. Si necesitas de las propiedades de alguno de ellos, debes tener en cuenta el quimiotipo para llegar al fin que buscas sin dañar tu salud. Examinemos el caso del Tomillo: el tomillo es Antimicrobiano, Antiséptico, Antiinflamatorio, Antirreumático, y puede llegar a tener 3 quimiotipos diferentes: QT Timol, QT Linalol y QT Tuyanol el quimiotipo Timol del tomillo puede causar irritaciones en la piel, en cambio un aceite esencial de Tomillo que tenga el quimiotipo Linalol o Tuyanol puede ayudarnos a tratar el acné.
El quimiotipo del aceite esencial de canela Cinamaldehído lo encontramos en la corteza de la planta, este es antiespasmódico y trata problemas de circulación, sin embargo, si entra en contacto directo con la piel puede causar quemaduras.
Estos aceites dermocáusticos se pueden usar diluidos en aceites vegetales pues, la permeabilidad característica en los aceites esenciales permite la absorción de las propiedades de las plantas a través de la piel y del olfato, a este último le denominamos aromaterapia directa; las propiedades de los aceites son obtenidas por medio del olfato y llegan directamente al hipotálamo (fuente de información del cuerpo humano).
Tener presente el quimiotipo de los aceites esenciales permite establecer el fin terapéutico, generando seguridad al momento de consumir los aceites vía olfativa y dérmica, la ingesta de un aceite esencial sin prescripción es altamente peligroso, pues su composición química es tóxica para el cuerpo humano.
